¿Cualquiera puede chantajearnos emocionalmente?
En primer lugar, quién puede chantajearnos emocionalmente es alguien con quien sostengamos una relación valiosa. Además, esa persona debe conocer nuestros puntos vulnerables e incluso nuestros secretos más recónditos.
Ser un chantajista no implica que la persona no se preocupe por la persona que recibe su chantaje, pero cuando teme no salirse con la suya utiliza aquello que conoce para formular las amenazas con las que conseguir la obediencia que quiere.
Las personas chantajistas no lo hacen pensando en cómo destruir a quien manipulan. Recurren a este mecanismo para garantizar su seguridad.
El chantaje emocional funciona como defensa
El miedo —sea a la pérdida, al cambio, al rechazo o a la pérdida de poder— es algo que comparten quienes se convierten en manipuladores. Y aún más, el potencial de chantaje se dispara cuando aumentan sus temores.
El chantaje emocional funciona como una defensa para no sentirse herid@s ni asustad@s.
Las seis fases del chantaje emocional
1. La demanda
La persona que toma el rol de chantajista quiere algo de quien será objeto de su manipulación y le sugiere aquello que desea. Esta sugerencia puede ser clara -cuando los deseos se informan de manera concreta y explícita- o indirecta.
2. La resistencia
En esta fase la propuesta se rechaza. Al igual que sucede con la demanda, esta resistencia puede ser directa -manifestando con claridad que no se quiere actuar de acuerdo a ella- o indirecta -haciendo que la respuesta negativa sea entendida aún sin decirla-.
3. La presión
Al comprobar que la respuesta recibida es distinta a la esperada, quien chantajea no intenta comprender los sentimientos de la otra persona y decide presionarla para que cambie de opinión. Habitualmente sucede que en esta fase se acusa a quien no ha aceptado la demanda original, haciéndole cargar con la culpa.
El chantaje emocional busca obtener lo que desea
4. Las amenazas
Al chocar contra la resistencia, llega la amenaza: puede consistir en hacer un daño o producir malestar. También puede amenazar con poner fin al vínculo, cortar la comunicación o poner por delante una recompensa solo disponible en caso de acatar la demanda.
5. La capitulación
Ya establecimos que el vínculo con la persona que ejerce la manipulación es muy valioso para quien es chantajead@ por ella. Por eso, se autoconvence de que tal vez se ha equivocado al negarse y deja de resistirse.
6. La repetición
La victoria en el chantaje da origen a un período de calma para ambas partes de la relación. Pero da algo más a quien ha ejercido el chantaje: la información acerca de que presionar y provocar un sentimiento de culpa es un mecanismo útil para conseguir lo que se proponga.
Así se sientan las bases del chantaje emocional
De la manipulación al chantaje emocional
Al repasar la lista, da la sensación de que todas las alarmas tendrían que dispararse al instante, pero lo que pasa normalmente es que entramos en el ciclo del chantaje emocional antes de darnos cuenta.
¿Por qué pasa esto? En parte es porque el chantaje es una forma extrema de una práctica que es moneda corriente: la manipulación.
Todas las personas manipulamos y somos manipuladas. Hemos aprendido muchas formas de convencer a alguien más para que haga lo que queremos, incluso sin pedirselo.
De hecho muchas veces preferimos no pedir para no exponernos a recibir una respuesta negativa. Permitir que las personas sepan de manera clara y directa lo que queremos provoca miedo: a parecer demandantes, o dependientes, o incapaces; a que nos rechacen o nuestro deseo no sea compartido.
Pero la manipulación pasa a ser chantaje emocional cuando se aplica repetidamente para obligar a otras personas a acatar las demandas del chantajista a costa de sus propios deseos y bienestar.
Formas habituales de chantaje emocional
Gaslighting:
En él, la persona chantajista trabaja sutilmente y es debido a eso que la persona que recibe el chantaje no se percata. Puedes leer más sobre esta forma de maltrato aquí.
Love bombing:
El «bombardeo de amor» es una estrategia de manipulación en la que una persona demuestra atención y afecto desmedido e insistente, con el fin de atrapar a la otra persona. Puedes profundizar sobre este tema aquí, en el episodio 59 de Psicología al Desnudo.
En este artículo encontrarás
Si estás tramitando un proceso así, consulta con un profesional de la salud mental. Nuestro rol como terapeutas es justamente el de ayudarte a tener vínculos más sanos.