Probablemente, como la mayoría de nosotros, te encuentres en la búsqueda constante de la felicidad y el bienestar. Así, a menudo, nos encontramos inmersos en un discurso que promueve la positividad como el antídoto para todos nuestros males. Sin embargo, detrás de esta aparente solución se esconde un fenómeno preocupante: la positividad tóxica.
Colgamos en nuestras casas cuadros con inscripciones de “vive, ríe, ama”. Usamos tazas a diario que llevan escrita la leyenda “sé positivo”. Cuando nos sentimos mal, normalmente escuchamos a otras personas decir “no es para tanto, no te preocupes”.
¿Qué pasa si hoy no quiero estar bien? Adentrémonos en este asunto.
¿Está bien ser positivos todo el tiempo? El concepto de positividad tóxica
Seguramente haya días en que no quieras ser positivo. Sin embargo, recibimos mensajes externos constantemente que nos alientan a serlo, incluso cuando no tenemos las ganas necesarias. “No es para tanto”. “Hay cosas peores”. “No hay tiempo para estar mal, ¡ánimo!”. “¿De verdad vas a ponerte así, solo por eso?”.
Estas frases posiblemente te resuenen, quizás te las hayan dicho alguna vez. Si bien su propósito es alentarnos, en realidad, no hacen más que invalidar lo que sentimos. Aceptar nuestros sentimientos es el primer paso para solucionar un problema. Entonces, estas palabras de ánimo “positivas” no nos traen ningún beneficio.
La positividad tóxica se manifiesta cuando se fomenta una actitud positiva sin tener en cuenta las emociones genuinas de una persona. Aunque es comprensible que se aliente a buscar el lado luminoso de la vida, este enfoque puede volverse contraproducente cuando se ignora el malestar emocional legítimo.
Este concepto puede definirse como un exceso, un peligro. Es la sobregeneralización excesiva de un estado de felicidad y optimismo en todas las situaciones de la vida. Así, aunque estés pasando por un momento difícil, se fomenta la alegría y el bienestar. Para explicar mejor este concepto, podemos tomar fragmentos de la película animada Soul (2020).
En ella, vemos cómo el protagonista, obsesionado con alcanzar sus metas, ignora las señales de agotamiento emocional. Él, así, sacrifica su bienestar en aras de mantener una fachada de positividad. ¿Te ha pasado alguna vez?
Esta representación animada nos invita a reflexionar sobre la toxicidad de una cultura de la positividad, que prioriza la sonrisa superficial sobre la autenticidad emocional. Para enfrentar nuestros problemas primero debemos ser emocionalmente auténticos. La positividad tóxica no nos permite serlo. Al parecer, no está bien ser positivos todo el tiempo.
Fuente: Baltimore
Las consecuencias de la positividad tóxica
La adhesión constante a la positividad puede tener graves repercusiones en nuestra salud mental y emocional. Entre las más comunes se encuentran:
- Aumento del estrés y la ansiedad.
- Dificultad para afrontar los desafíos.
- Impacto negativo en las relaciones interpersonales.
- Pérdida de conexión con nuestras propias emociones.
- Disminución del amor propio.
Estas consecuencias son el resultado de negar o reprimir nuestras emociones negativas en lugar de abordarlas de manera saludable.
La inminente exigencia de positividad
En la era digital y de las redes sociales, la inminente exigencia de ser positivos todo el tiempo se ha intensificado. Los medios de comunicación, las celebridades y los influencers nos bombardean con mensajes que exaltan la positividad como el único camino hacia la felicidad y el éxito. Sin embargo, esta idea es errónea. Si fingimos estar bien, no hacemos más que mentirnos a nosotros mismos. Eso, tarde o temprano, traerá sus consecuencias.
Los mensajes cliché de felicidad, aunque bien intencionados, a menudo contribuyen a la toxicidad de la positividad al simplificar en exceso la complejidad de nuestras emociones. Las frases motivacionales pueden sonar reconfortantes, pero su repetición constante puede alimentar la idea de que cualquier emoción que no sea positiva debe ser suprimida o ignorada.
Soul nos muestra un mundo donde la validación se obtiene sólo al perseguir constantemente la felicidad. Esto refleja la presión que enfrentamos en la vida real para adoptar una actitud similar.
Sin embargo, hacia el final de la película, podemos ver cómo el protagonista arriba a una valiosa conclusión. Se trata de que la felicidad no se hallará mágicamente en esa inagotable búsqueda de momentos alegres. En la vida apreciada como un todo, incluyendo los momentos tristes, allí reside la felicidad verdadera. Ver Soul nos alienta a llegar a este mensaje, que es ideal para pensar en los efectos de la positividad tóxica en la salud mental.
Fuente: CBR
¿Y si hoy no quiero ser positivo?
Es importante reconocer que está bien no ser positivo todo el tiempo. Negar nuestras emociones negativas solo perpetúa la toxicidad de la positividad y nos aleja de una vida auténtica y plena.
En lugar de aspirar a una felicidad constante, debemos permitirnos sentir y experimentar todas las facetas de la vida, tanto las positivas como las negativas. Si lo que necesitas es aprender a conectar con tus emociones, incluyendo la tristeza, te recomendamos este episodio de Psicología al Desnudo: La tristeza: una emoción con la que necesitas conectar. En él hallarás valiosos recursos para poder hacerlo.
Decir adiós a la constante demanda de felicidad y su influencia
Superar la positividad tóxica requiere un esfuerzo consciente para desafiar los mensajes dominantes. Solo así podrás encontrar un equilibrio saludable entre la positividad y la autenticidad emocional.
Algunos consejos para contrarrestar esta exigencia incluyen:
- Practicar la autoaceptación y la compasión hacia uno mismo.
- Permitirse sentir y expresar todas las emociones, sin juzgarlas como buenas o malas.
- Cultivar relaciones genuinas basadas en la honestidad emocional.
- Priorizar el bienestar emocional sobre la apariencia de positividad.
Soul nos ofrece una visión inspiradora de cómo podemos liberarnos de la influencia de la alegría constante al abrazar nuestra autenticidad. Solo así podremos conectar con nuestro propósito más profundo.
Está bien estar mal: digamos basta a la positividad tóxica
La demanda de positividad es una trampa que nos aleja de nuestra autenticidad emocional y nos impide experimentar la plenitud de la vida.
Al desafiar esta narrativa y abrazar todas nuestras emociones, incluso las más difíciles, podemos encontrar una mayor paz interior y una conexión más profunda con nosotros mismos y con los demás.
Referencias:
Matadeen, R. (2021). Soul's Biggest Problem Is We Don't Connect to Joe's. https://www.cbr.com/soul-biggest-problem-no-connect-joe-culture/
Weiss, M. (2020). Movie Review: Soul. https://www.baltimoremagazine.com/section/artsentertainment/movie-review-soul/
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Probablemente, como la mayoría de nosotros, te encuentres en la búsqueda constante de la felicidad y el bienestar. Así, a menudo, nos encontramos inmersos en un discurso que promueve la positividad como el antídoto para todos nuestros males. Sin embargo, detrás de esta aparente solución se esconde un fenómeno preocupante: la positividad tóxica.
Colgamos en nuestras casas cuadros con inscripciones de “vive, ríe, ama”. Usamos tazas a diario que llevan escrita la leyenda “sé positivo”. Cuando nos sentimos mal, normalmente escuchamos a otras personas decir “no es para tanto, no te preocupes”.