“En la psicología junguiana, definimos a la sombra como la personificación de ciertos aspectos de la personalidad inconsciente, que podrían haberse agregado al Yo, pero que por diversas razones no lo están. Por lo tanto, diríamos que la Sombra es el lado oscuro, desconocido, no vivido y reprimido de nuestra personalidad, y que tod@s tenemos.”
M. Louise Von Franz
¿Cómo se forma la sombra?
Imagina que naces con una mochila vacía: Desde que eres niñ@ vas identificándote con distintos rasgos de personalidad: ser buen@, mal@, sumis@, combativ@, activ@, callad@, tímid@, expresiv@, frí@, distante, cariños@, etcétera.
Todo aquello con lo que vas identificándote son rasgos que se expresan en ti “en luz” -es decir, de manera consciente-. Son los rasgos de los que diríamos
“Sí, yo soy así”.
Instantáneamente, cuando nos identificamos con uno de estos rasgos, metemos en nuestra mochila -es decir en nuestro inconsciente- el rasgo opuesto a él. Estos rasgos opuestos a los rasgos con los que nos identificamos, forman nuestra sombra.
En general nos reconocemos con rasgos que consideramos aprobados o bien vistos por las personas significativas para nosotr@s. Y dejaremos en la sombra aquello que está mal visto.
¿Qué se incluye dentro de nuestra sombra?
Este doble fenómeno de reconocimiento y desconocimiento sucede con rasgos de nuestra personalidad y también se traslada a habilidades que -al guardarse en la sombra- quedarán guardadas como potencialidades que no desarrollamos.
Guardamos esa habilidad -o siquiera el deseo de desarrollarla- en nuestra mochila de la sombra, y nos dedicamos a desarrollar habilidades que personas significativas para nosotr@s ponen en valor. De esta manera, llenamos la mochila del inconsciente con lo rechazado y negado, y dejamos en la luz lo que sabemos y reconocemos de nosotr@s mism@s positivamente.
¿Es mala la sombra?
De la sombra se dice que son todos los aspectos malos, negativos de nuestra personalidad. Pero en realidad no es así.
La sombra es todo aquel material inconsciente que abarca aspectos que desconocemos de nosotros y rechazamos de nuestra consciencia. Como consecuencia de esto se dice que la sombra es nuestro lado oscuro, pero no es porque sea malo, sino porque nos resulta desconocido a simple vista.
Pero lo cierto es que tod@s tenemos aspectos con los que nos identificamos y aspectos opuestos con los que no: aspectos sobre los cuales diríamos “yo no soy asi”.
¿Es conveniente conocer a nuestra sombra?
Pongamoslo de esta forma: si no la conocemos, ella no desaparece; sino que actúa y tiene influencia en nuestros pensamientos y conductas sin que nosotr@s tengamos control alguno de ella.
“La «sombra» es una parte viviente de la personalidad y quiere entonces vivir de alguna forma. No es posible rechazarla ni esquivar inofensivamente. Este problema es extraordinariamente grave, pues no sólo pone en juego al hombre todo, sino que también le recuerda al mismo tiempo su desamparo y su impotencia.» Carl G. Jung
El trabajo con la sombra nos permite:
- Aumentar el autoconocimiento y aceptarnos íntegramente.
- Encauzar las emociones que irrumpen en nuestras vidas y parecen tener “vida propia”.
- Liberarnos de culpa y vergüenza de actitudes y pensamientos propios.
- Reconocer las proyecciones en nuestra relación con l@s demás.
- Hacernos cargo de nosotr@s mism@s y dejar de hacer cargo a otr@s.⠀⠀
- Es importante conocer a nuestra sombra
En este artículo encontrarás
Cuanto más conocemos nuestros aspectos sombríos -por mucho que nos cueste aceptarlos- más equilibrad@s nos volveremos, más aceptación de nosotr@s mism@s generaremos, y más libertad experimentaremos.