Nos encontramos en un momento en el que social y culturalmente existen múltiples formas de relacionarnos con alguien, desde la monogamia a las relaciones casuales, la gama de posibilidades es muy amplia.
Y si de algo podemos estar seguros es que hoy tenemos una gran cuota de libertad a la hora de elegir cómo relacionarnos con los demás. Cada vez se cuestionan más los mandatos sociales, ya no es necesario que pensemos en el matrimonio como un “to do” en la lista de vida y estar solo es una elección.
Ahora bien ¿Esta libertad implica responsabilidad?
La libertad de las relaciones casuales
¿Puedo relacionarme con alguien que me atrae sin ser novios? La respuesta es sí.
Sin embargo, esta elección implica entender las condiciones que surgen de una relación casual.
Cuando las personas deciden entrar en una relación formal, se comprometen a cumplir ciertos puntos necesarios para que aquella relación funcione. Hay quienes prefieren no comprometerse pero aún así disfrutar de compartir tiempo con otro, sin necesidad de utilizar un título que defina aquella relación.
El problema está cuando pensamos que este tipo de relaciones no conlleva ningún nivel de responsabilidad o compromiso.
La realidad es que, más allá de no contar con algún título o formalidad que defina el carácter de la relación, cualquier vínculo que se establezca con alguien más debería venir de la mano con una dosis de responsabilidad afectiva.
¿Qué es la responsabilidad afectiva?
Somos responsables de cómo nuestras acciones, palabras y comportamientos afectan emocionalmente a otras personas. Ser afectivamente responsables implica reconocer que nuestras acciones pueden tener un impacto significativo en el bienestar emocional de alguien más, aún si se trata de una relación casual.
La responsabilidad afectiva implica ser consciente de los sentimientos y necesidades de uno mismo y de la otra persona.
Esto quiere decir que si soy consciente de no estar implicado emocionalmente con la otra persona, pero esto no está explícito y la otra persona efectivamente si demuestra tener sentimientos hacia mi (o viceversa) entonces será necesario aclarar la manera de vincularse.
¿Puedo lidiar con las condiciones de una relación casual?
A la hora de responder esta pregunta, las expectativas juegan un papel importante.
¿Qué expectativas tengo en función de este vínculo? ¿Siento comodidad al pensar en que simplemente es algo del momento?
Si tengo en claro que la finalidad de compartir encuentros casuales con alguién más es simplemente disfrutar de pasar el momento y la otra persona está de acuerdo con eso, entonces ambas partes se sentirán seguras y confiadas en su decisión.
En cambio, sí mis expectativas tienen que ver con un compromiso a futuro con aquella persona porque me siento involucrado emocionalmente, entonces es momento de frenar y repensar en qué situación me encuentro ya que sino, podría salir lastimado.
¿Cómo puedo mantener una relación casual sin comprometer mi salud mental?
Hay algunas ideas que podemos considerar a la hora de formar parte de una relación casual:
- Comunicación:
Es quizás el punto más importante y el más complejo. Lo ideal será establecer una comunicación fluida con la otra persona acerca del curso de aquella relación. Hablar sobre lo que se siente, sobre lo que se espera y sobre lo que se puede ofrecer es necesario para que ambas partes estén satisfechas.
Es frecuente tener la sensación de temor al intentar hablar con la otra persona por temor a su reacción. Sin embargo, con el tiempo agradecerás haber dejado en claro qué necesita cada uno y qué pueden dar y te sentirás más aliviad@.
- Revisión interna:
Preguntarnos a nosotros mismos: ¿Cómo me hace sentir esta situación? o ¿Estoy conforme con la manera de relacionarme con esta persona? puede ser útil para re-evaluar nuestro nivel de bienestar mental dentro de una relación casual.
- Honestidad:
La honestidad para con uno mismo y la otra persona es otro punto crucial relacionado con la comunicación. Esto permitirá no crear falsas expectativas y abordar el vínculo con madurez y libertad.
En este artículo encontrarás
Es posible disfrutar de relaciones casuales con otras personas, no tiene porqué significar un problema para nuestra salud mental. Sin embargo, es importante tener en cuenta que implica un grado de responsabilidad afectiva hacia nosotros y hacia la otra persona.
La comunicación, la honestidad y el escucharnos a nosotros mismos son puntos claves para hacerlo de manera saludable.