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2/4/2022

Relaciones

Minutos de lectura:

3min

Amor líquido: ¿Qué hay detrás de las relaciones pasajeras?

El concepto “Amor líquido” fue desarrollado por el sociólogo Zygmunt Bauman para definir el tipo de relaciones -de pareja, de amistad, de “vecindad” y proximidad- presentes en la sociedad occidental actual.

Escrito por

Equipo Psi Mammoliti

El amor líquido es propio de la sociedad del consumo

Si hablamos de las relaciones de pareja, estas se encuentran notoriamente atravesadas por las reglas del mercado y el consumo: Son amores fugaces y escurridizos, de corta duración y fácilmente reemplazables.

Escribe Bauman:

“Como lo expresaban las publicidades que anunciaban la novedad de las tarjetas de crédito, ahora es posible concretar “el deseo sin demora”. Cuando la relación está inspirada por las ganas, sigue la pauta del consumo y sólo requiere la destreza de un consumidor promedio, moderadamente experimentado. Al igual que otros productos, la relación es para consumo inmediato (no requiere una preparación adicional ni prolongada) y para uso único, “sin perjuicios”. Primordial y fundamentalmente, es descartable.”

¿Qué somos?

Para el amor líquido, las “etiquetas” son un límite, un condicionante. Los vínculos que se forman bajo esta lógica están basados en la búsqueda de satisfacción inmediata, y se tiende a escapar de esta pregunta.

Lo cierto es que una relación “sin etiquetas” puede funcionar genial, siempre que ambas partes la vivan con naturalidad. Incluso habiendo conversado y llegado al acuerdo de ser un vínculo sin nombre.

Existen entonces quienes llevan con alegría y tranquilidad esta forma de relacionarse, pero también es con frecuencia  una fuente de inseguridad, confusión y descontrol para quienes conviven de pronto con la incertidumbre del amor líquido.

Contrario a lo que algunas personas piensan, responder a la pregunta “¿qué somos?”, no implica necesariamente un compromiso, ni tampoco un acuerdo de exclusividad. Saber más sobre el vínculo aumenta la claridad y la seguridad de quienes son parte, porque saber dónde te encuentras sirve para trazar un plan de acción

(sí, también en el ámbito emocional y relacional).

La clave: la comunicación

El fracaso de una relación es con frecuencia un fracaso de comunicación.

Están quienes no se comunican, no preguntan aún cuando no se sienten cómod@s, por complacer a la otra persona. El pensamiento que suele estar detrás es: “Te amo, y por eso te dejo ser como eres y cómo quieres ser. Prefiero estar de esta manera que no estar.” 

Y del otro lado, están quienes no se comunican porque prefieren que todo siga su curso, “estamos bien así”, “la pasamos bien, no necesitamos un título para estar bien junt@s”.

¿Cómo salir de la incertidumbre del amor líquido?

Cada persona -y cada vínculo humano- es único. Sin embargo, aquí te propongo tres pasos que puedes llevar adelante si reconoces que te encuentras en una relación líquida, y no te sientes a gusto en ella.

Sincérate contigo:

El primer paso puedes llevarlo a cabo tú mism@, sin involucrar a la otra parte de la relación. Aquí, se trata de evaluar e identificar qué deseas de una relación. Sé paciente contigo al hacerlo.

Aunque no siempre resulta sencillo, es importante que te tomes el tiempo suficiente para averiguar qué tipo de relación te gustaría construir.

Sincérate con la otra persona:

En segunda instancia, y una vez que tengas claridad sobre qué estás buscando, habla con la persona con la que estás saliendo en una relación sin nombre. 

Ahora que ya sabes qué quieres -y qué no quieres-, habrá que expresar y escuchar a la otra persona. ¿Qué expectativas tiene cada un@ de esta relación? ¿Coinciden? ¿Sus deseos son compatibles o no lo son?

Acuerden:

Después de hablar con sinceridad mutua, llegará el momento de establecer acuerdos. ¿Qué están dispuestos a incluir en la dinámica de su relación? ¿Dónde colocarán el límite? ¿A qué se comprometen y a qué no les interesa hacerlo? 

Conversen con el objetivo de plantear sus sí y los no con respeto y empatía. Llegad@s a este punto, es importante que estés dispuesto o dispuesta a acordar poner un fin a la relación que mantenían.

En este artículo encontrarás

Como hemos visto aquí, el amor líquido es propio de una sociedad que se rige por la inmediatez. Los vínculos que establecemos con las personas son cada vez más efímeros y menos satisfactorios. En su libro, Bauman profundiza sobre los motivos profundos, las dinámicas propias y las consecuencias de esta forma de relacionarnos.