La terapia tiene muchísimas similitudes con la Alquimia, decía Carl Jung, en tanto:
- Se busca conocer la materia prima de cada persona: Para ello debemos dejar caer nuestras máscaras.
- Se trabaja el “nigredo” -palabra que en alquimia refiere al primer paso de la transformación, asociada a la putrefacción primaria-, esa masa oscura donde yacen nuestras sombras: partes oscuras que no queremos ver de nosotr@s mism@s.
Entender la unión de los opuestos en nuestra personalidad (nuestra maldad y nuestra bondad, nuestro lado pasivo y aquel activo, nuestra parte sumisa y nuestra parte controladora, etc). Para integrar ambas partes, reconociéndolas, aceptándolas, y así, equilibrarlas.
Una de las metas fundamentales de todo tratamiento psicológico es el mejoramiento de la vida de la persona, favoreciendo a su autonomía, libertad y aceptación.
3 pilares fundamentales en todo proceso terapéutico.
1. Autoconocimiento
“El autoconocimiento se refiere al entendimiento del comportamiento, emociones, cogniciones, expectativas, motivaciones y aspiraciones… Tiene que ver también con la conciencia de las metas en la vida, no solo con quien soy, sino también con lo que deseo ser y hacer”.
El proceso terapéutico busca conocer quién se es, y quién se quiere llegar a ser, para trazar el camino de distancia entre un aspecto y el otro.
Autoconocerse es, en definitiva, conocerse a uno mismo, identificando las propias fortalezas, debilidades, necesidades y habilidades.
Aquí hay que descubrir(se).
2. Autoaceptación
“La autoaceptación implica que las personas estén conectadas con ellas mismas -tanto con sus virtudes como con sus defectos-. Incluye la motivación para el cambio, fundamento por el cual se lucha con el fin de llegar al mejoramiento. La autoaceptación promueve la estabilidad emocional”.
Aprender a amarnos incluso con nuestros defectos es el objetivo último de este gran pilar del proceso terapéutico.
La autoaceptación, podría decirse, se trata de asumir y reconocer todas las partes de sí mism@ y poder sentir aprecio por el propio valor.
Aquí hay que aceptar(se).
3. Autorregulación
“Se refiere a la función de monitorear y regular los propios pensamientos y emociones en relación a las metas en la vida. A la habilidad de dirigir la vida de una manera deseada”.
Aprender a regular nuestras emociones es parte fundamental del proceso terapéutico. Se trata de cultivar la inteligencia emocional. Aprender el por qué de nuestros enojos, miedos, tristezas y alegrías es fundamental en este pilar terapéutico. Ya sea si están en demasía o de menos, es decir, desequilibrados, saber qué hacer con ello.
La autorregulación emocional consiste en controlar y manejar nuestras reacciones emocionales, sentimientos e impulsos.
Aquí hay que regular(se)
El fin último será siempre la aceptación total de todo aquello que somos, el ser completo -conjuntamente con el cambio de lo que no queremos ser, en tanto sea posible-, equilibrando cada área de nuestra personalidad, para vivir acorde a quienes deseamos ser.
“Prefiero ser un hombre completo a un hombre bueno”. Carl Jung
La psicoterapia, una herramienta poderosa
El espacio terapéutico es una herramienta poderosa para desafiar, conocer e integrar los monstruos internos. Se trata de exponerse a una confrontación radical con uno mismo y con todas aquellas partes que nos son desconocidas o rechazamos, para reconocerlas como propias, perdonarlas, liberarlas y amigarse con ellas.
7 beneficios de ir a terapia psicológica
- Ayuda a las personas a escucharse a sí mismas y a ser congruentes entre lo que dicen, piensan y hacen.
- Empodera y ayuda a reconocer sus fortalezas, para vivir en mayor armonía consigo y con las demás personas.
- Ayuda a construir las propias herramientas para sentirse mejor con uno mismo y con las situaciones que le rodean, manejando mejor los conflictos.
- Posibilita transformar las creencias limitantes.
- Brinda un espacio para ser escuchado/a sin ser juzgado/a.
- Guía en el entendimiento de los patrones familiares repitentes, para poder elegir conscientemente.
- Guía al autoconocimiento profundo de por qué se es como se es; qué aspectos propios se eligen conscientemente y cuáles suceden de manera automática, para recuperar el control.
¿Un café o ir a terapia? Lee la opinión de Marina Mammoliti sobre este tema.
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Hay algo que debemos saber: no hay tipos de terapia que sean mejores que otras. Hay muchos tipos de personas, y por ello, muchos tipos de terapia. Lo que debemos descubrir, es qué tipo de terapia o terapeuta va más acorde o “conecta” más con cómo somos.