Como todo en la vida, los excesos son complejos. Buscar el equilibrio en diferentes áreas de nuestra vida nos convierte en personas más sabias y conscientes porque cada cosa es buena en su justa medida.
En este artículo hablaremos sobre la hiperempatía, el problema de ser desmedidamente empáticos y cómo podemos encontrar un balance.
¿Qué es la empatía?
La empatía es la capacidad de comprender y compartir los sentimientos, pensamientos y perspectivas de otra persona. Implica ponernos en el lugar de alguien más, entender lo que está experimentando emocionalmente y, de alguna manera, ver el mundo desde su punto de vista.
Por ejemplo, si estamos viendo una película y aparece una escena en la que al personaje principal le acaba de pasar algo realmente triste y nosotros también experimentamos tristeza (no en la misma medida) entonces estamos sintiendo empatía.
No solo se trata de reconocer los sentimientos de los demás, sino también de mostrar comprensión y apoyo hacia ellos. Cuando somos capaces de practicar la empatía, somos capaces de relacionarnos responsablemente con los demás.
Y entonces, ¿Por qué debería significar un peligro?
Volvamos al ejemplo de la película. Imagina estar viendo la escena triste y empezar a experimentar la misma tristeza que el personaje principal. El dolor en el pecho es profundo y no puedes parar de llorar. Aún habiendo terminado la película sigues triste y desanimado, con mucha angustia.
No sería muy conveniente experimentar aquella sensación cada vez que veas una película triste ¿cierto?
La empatía en exceso no solo puede generarnos un gran malestar, sino que nos aleja de conectar con nosotros mismos y nuestro mundo interior.
Estas son algunas de las características de la hiperempatía:
- Sientes lo que le pasa a la otra persona de la misma manera o incluso más intensa.
- Intentas solucionar a toda costa los problemas de los demás, no importa el costo.
- Olvidas tus propias necesidades.
- Te es difícil poner límites.
Si te sientes identificado, es posible que estés experimentando hiperempatía.
¿Cómo puedo lograr un equilibrio?
No se trata de no ser empáticos con los demás, sino no olvidarnos de nosotros mismos en el intento. Si crees estar experimentando hiperempatía, aquí te traemos algunos consejos útiles para empezar a trabajar en tu bienestar:
- Identifica tus pensamientos pensamientos y emociones: La empatía hacia los demás a menudo implica sintonizar con sus emociones y pensamientos. Sin embargo, es importante recordar que también tienes tus propios pensamientos y emociones. Identificar tus propios sentimientos y pensamientos te permite mantener un equilibrio entre cuidar de los demás y cuidarte a ti mismo. Reconocer tus emociones te ayuda a ser consciente de cómo te afecta la situación y a tomar decisiones más informadas sobre cómo responder.
- Entiende que no todo depende de ti: Es natural querer ayudar y solucionar los problemas de los demás cuando sientes empatía, pero es importante reconocer que no puedes controlar ni responsabilizarte de todo. Aceptar que hay límites en tu capacidad para influir en las circunstancias de los demás te ayuda a evitar la carga emocional y el agotamiento.
- Establece límites sanos: Establecer límites es esencial para mantener tu bienestar emocional. No debes sentirte obligado a hacer todo por los demás o sacrificarte constantemente. Establecer límites saludables implica decir "no" cuando sea necesario, establecer expectativas realistas sobre lo que puedes ofrecer y cuidar de tu propio tiempo y energía.
- Acompañar al otro no significa solucionar sus problemas: La empatía no implica que debas resolver los problemas de los demás. A veces, la mejor forma de ser empático es simplemente estar presente, escuchar activamente y ofrecer apoyo emocional. Recuerda que cada individuo es responsable de su propia vida y decisiones, y tu papel puede ser apoyarlos en lugar de asumir la responsabilidad de resolver todo por ellos.
En este artículo encontrarás
La empatía es una cualidad valiosa que nos permite comprender y relacionarnos responsablemente con los sentimientos y perspectivas de los demás. Sin embargo, cuando se lleva al extremo, en forma de hiperempatía, puede convertirse en un desafío para nuestro propio bienestar. La hiperempatía nos lleva a sentir el sufrimiento de los demás de manera intensa, a tratar de resolver sus problemas a toda costa, a olvidar nuestras propias necesidades y a tener dificultades para establecer límites.
Para lograr un equilibrio saludable, es esencial identificar y reconocer nuestros propios pensamientos y emociones, recordar que no todo depende de nosotros, establecer límites adecuados y comprender que la empatía no implica la responsabilidad de resolver los problemas de los demás. En última instancia, encontrar ese equilibrio nos permite ser empáticos con los demás sin descuidar nuestro propio bienestar emocional y nos convierte en personas más sabias y conscientes.