Está científicamente comprobado que ciertas actividades hacen que tu cerebro se equilibre a nivel químico. Todo este potencial está DENTRO TUYO. Hay actividades que hacen que tu cuerpo por sí mismo genere endorfinas que funcionan como opiáceos naturales. En otras palabras, calmantes naturales del dolor.
Esto quiere decir que nuestro cerebro es capaz de producir drogas endógenas que superan los efectos de la cocaína, la heroína, el alcohol o los tranquilizantes: se trata por ejemplo, de la dopamina. La dopamina es un neurotransmisor que existe en las regiones del cerebro que controlan la emoción, el movimiento, la motivación, al tiempo que conmueve sensaciones agradables en el cerebro de excitación y euforia.
Nuestro cuerpo tiene calmantes internos tanto para el dolor físico como emocional.
Actividades que generan bienestar a nuestro cuerpo
¿Suena un poco loco, no? Y hay algo más loco aún, y es que hay impulsos específicos que activan estos calmantes naturales del dolor. Estos están ligados estrechamente con cada un@; a lo que a cada un@ le gusta, y disfruta. Sí. Así es. Con nuestros hábitos y rutinas placenteras podemos autogenerar calmantes y sedantes naturales. Es por eso que resulta muy importante que vayas aprendiendo qué actividades o actitudes internas son las que los pueden generar.
Escuchar conscientemente música que te gusta
Simplemente sentarse a escuchar la música, sin hacer otra cosa. Acostate en tu cama o en el sillón y poné tu música favorita.
Hay estudios que explican que, debido a la variedad de propiedades que tiene la música y sus efectos beneficiosos en el cerebro, puede ser usada para mejorar el bienestar de la personas e incluso para el tratamiento de pacientes o personas con discapacidades.
Asique ya sabés, elegí tu canción favorita y sentate o recostate para escucharla atentamente.
Bailar libremente
Dejar que el cuerpo baile, que se mueva, que se afloje al ritmo de la música, también te ayudará a relajar y aumentar tus niveles de dopamina, la «hormona de la felicidad», influyendo directamente en el comportamiento y en la motivación.
El contacto físico piel con piel
Está demostrado que recibir un masaje, un cariño o que vos te lo hagas a vos mism@, aumenta tus niveles de oxitocina: la «hormona del amor» y de los vínculos, generando bienestar. Así que, ¿Qué esperás para darte un masaje o pedir que te lo den? El contacto físico es básico para nuestro bienestar.
Sumergirte en el agua
Cuando tu cuerpo entra en contacto con el agua, naturalmente empieza a soltar y relajar los músculos. Cuando tu cuerpo flota, no hay resistencia, no hay esfuerzo. Si podés flotar, esto aumentará tus niveles de dopamina.
Acostarte en una hamaca
Dos recientes estudios de la Universidad de Ginebra (UNIGE), la Universidad de Lausana (UNIL) y los Hospitales Universitarios de Ginebra (HUG), realizados en seres humanos y en ratones, han demostrado que el balanceo oscilante favorece una conciliación más rápida del sueño, y hace que este resulte más reparador, con la ventaja añadida de mejorar la memoria en las personas. Recostarnos y hacer un movimiento repetitivo y oscilante de balanceo nos relaja profundamente.
Estar descalz@
¿Sabías que en tus pies, así como en tus orejas, tenés miles de terminaciones nerviosas? Estas, al ser relajadas o estimuladas, envían distintas señales a todo tu Sistema Nervioso Central. Es por eso que andar descalz@ en texturas relajantes/naturales te puede ayudar mucho. La sensación es captada por esas terminaciones nerviosas, enviando señales de tranquilidad y placer a tu cerebro. Si no contás con una textura cómoda, no te preocupes: podés poner arena debajo de tu escritorio mientras trabajas o debajo del sillón mientras lees o miras tu serie favorita (solo necesitas un recipiente con arena – un balde, por ejemplo) para que puedas meter ahí tus pies. ¿Suena extraño? Intentalo y ya verás cómo te sentís.
Transpirar
El ejercicio físico se posiciona en nuevos estudios científicos por encima de los medicamentos como medicina para la depresión. La cuestión es empezar a hacerlo aunque no tengas ganas, ya que las ganas vendrán a medida de que lo hagas y notes los resultados de tu esfuerzo.
Levantarte de tu cama o del sillón y simplemente ir a trotar, subir una montaña en medio de la naturaleza, o simplemente correr ahí mismo en tus escaleras, lo que sea que te lleve a sudar un poco.
Cuanto mejor se sienta el cuerpo, ¡Más ganas tendrá de seguir sintiéndose aún mejor. Ayuda a tu cuerpo y da ese primer paso!
Besar
Besar activa todo tu sistema de bienestar interno, segregando oxitocina (hormona que ayuda a forjar lazos permanentes entre personas), y equilibrando la serotonina (hormona de la felicidad), haciéndote sentir el vínculo y la activación de tu cuerpo. Se ha demostrado que besar tiene grandes beneficios (todos estos) y relaja muchísimo. Ya era de público conocimiento que tener un orgasmo genera innumerables endorfinas. Ahora se comprobó que besar también lo hace.
Meditar
Esta práctica ancestral es de lo que más se está estudiando hoy sobre cómo ayudar a equilibrar nuestra actividad cerebral, nuestro ritmo cardíaco e inclusive nuestra digestión. Todo eso hace que nuestros químicos internos se equilibren y funcionen mejor, más acorde a lo que nuestro sistema necesita.
¿No tenés tiempo? Basta con que te sientes cinco minutos a sentir tu respiración mientras que aceptas todo lo que va apareciendo a tu conciencia. Hay muchas meditaciones guiadas que puedes buscar para ayudarte.
¿No te sienta bien eso de sentir tu respiración? Está bien. Hay muchas otras formas de meditar. Te propongo una: Salí a tu balcón o a tu jardín al despertar o antes de irte a dormir. Poné una silla, sentate y cerrá los ojos. Sólo escucha a tu alrededor, con los ojos cerrados durante 5 o 10 minutos. Déjate llevar por los sonidos y ruidos que puedas oír.
Eso también basta para darle una pausa a tu mente y genera contacto con el presente, lo que relaja tu sistema nervioso.
Tener menos cosas materiales
Existen estudios de investigación que compararon las condiciones de vida de personas que acumulan objetos físicos, por un lado, y de quienes practican el minimalismo (tener solamente lo necesario y en pocas cantidades).
Desde la psicología visual, resulta que el no tener saturado de cosas tu casa o tu lugar de trabajo, ayuda a sentirte relajad@. Estos estudios recomiendan que no haya más de 2 objetos por metro cuadrado.
El ambiente ideal para poder crear es uno donde haya el suficiente espacio y aire. Si acumulamos muchos objetos en nuestros ambientes de trabajo y de vivienda, nos saturamos mentalmente y eso envía una señal de estrés al cerebro.
Visualizarte
Hacer visualizaciones de vos mism@ haciendo algo que disfrutás, logrando algo que anhelás, o simplemente imaginándote que te vas de vacaciones, está científicamente demostrado que tiene excelentes resultados para el bienestar.
Cerrar tus ojos y simplemente «verte» en esas situaciones que anhelás, y sentir como si realmente ya las estuvieras viviendo, tiene un gran poder cerebral para bajar tus niveles de cortisol.
El cortisol es la llamada «hormona del estrés o de la muerte». Se produce en las glándulas suprarrenales en la parte superior de cada riñón y actúa como un neurotransmisor en nuestro cerebro, especialmente cuando enfrentamos situaciones difíciles o de alto grado de tensión. Cuando los niveles de cortisol están balanceados, nuestros órganos y sistemas funcionan en armonía. Sin embargo, cuando esta hormona se mantiene elevada puede derivar en una alteración que produce efectos muy negativos en las funciones de las células de todo el cuerpo.
Así, visualizandote realizando algo que disfrutas, poco a poco, vas reemplazando las imágenes negativas de tu cabeza, por éstas positivas que te inspiran y motivan a realmente vivirlo.
El primer paso de crearlo, es pensarlo. Si ya está en tu mente, ya existe en algún lado. De ahí es más fácil hacerlo realidad. Lo que crees, creas.
Agradecer
Hacer una lista de agradecimiento en las noches reduce los niveles de cortisol (La hormona del estrés que expliqué anteriormente).
Ya son muchos los estudios que lo demuestran, comparando grupos de personas que agradecen con otros que no, y sobre todo lo que mejora es el nivel de serotonina y cortisol segregados.
Así es que, lo ideal sería que antes de dormir cada noche, repases o escribas (aún mejor si escribís, ya que al extrapolarlo en un papel -o en el móvil- toma más fuerza) 10 cosas por las que estás agradecid@. Esa toma de conciencia permitirá irte a dormir, enviándole el mensaje a tu cuerpo de que tienes muchas cosas por las que vale la pena levantarse con energía al día siguiente.
Placer y diversión
Enfocarnos en estas dos palabras segrega endorfinas de manera natural. Ábrete a disfrutar de los pequeños momentos del día. Por ejemplo, simplemente sentándote a sentir la brisa del aire por un momento. Y si después te enfocás en hacer actividades que te diviertan, (Jugar algo con tus hij@s, salir con amig@s, ir a algún lugar que te guste como el boliche, tiro al arco, cine, trotar, la playa, pasear con tus mascotas, o lo que sea que te divierta) tus neurotransmisores te lo van a agradecer.
Da lugar para hacer lo que te guste.
En este artículo encontrarás
Si querés ayudar a tu cuerpo y a tu cerebro a tener más equilibrio interno, intentá promover estas actividades en tu rutina cotidiana. Con que incluyas al menos tres de ellas en tu día a día, ya vas por buen camino hacia el encuentro con tu bienestar personal.