Nuestras emociones actúan como hilos invisibles que tejen la tela de nuestras experiencias. Desde la alegría efervescente hasta la tristeza melancólica, cada una de ellas nos guía, nos desafía y nos transforma de maneras profundas y significativas.
En este artículo, exploraremos el profundo mar emocional que conforma nuestra existencia, reconociendo la importancia vital de cada sentimiento y aprendiendo a abrazar plenamente nuestra variedad emocional. En este artículo, tomaremos como recurso la charla TEDx de Marina Mammoliti, titulada "Sentir está mal". Empecemos.
¿Qué son las emociones?
Las emociones son las chispas de energía que iluminan nuestro ser interior, revelando nuestros pensamientos más profundos, deseos y necesidades.
Son respuestas automáticas y naturales a estímulos internos y externos, que van desde simples sensaciones hasta complejas reacciones. En su esencia, las emociones nos acompañan en el día a día. Coloreando nuestras percepciones y dando forma a nuestras interacciones con el mundo que nos rodea.
La educación y la represión de emociones “negativas”
Desde pequeños, se nos enseña a valorar las emociones "positivas" mientras se desprecian o se reprimen las emociones consideradas "negativas".
“¿Por eso vas a llorar?”, o, “hay cosas peores, no te angusties así”. Estas frases las
has seguramente oído, y más de una vez. En el fondo, nos moldean, y hacen creer que no está bien sentir algunas de nuestras emociones, educándonos para callarlas.
Sin embargo, esta mentalidad limita nuestra comprensión de la complejidad emocional y perpetúa el dolor y el sufrimiento que tiene lugar cuando callamos lo que sentimos.
Marina Mammoliti desafía esta noción al afirmar que todas las emociones, incluso las consideradas "negativas" como la tristeza, el enojo, la culpa y la envidia, tienen un propósito y una función vital en nuestras vidas.
La importancia de abrazar nuestra amplia variedad emocional
El bienestar mental está directamente ligado a nuestra capacidad para comprender y gestionar nuestras emociones. Negar, reprimir o ignorar nuestras emociones puede dar lugar a una serie de problemas psicológicos y físicos.
Sin embargo, aceptar y procesar nuestras emociones de manera saludable promueve la resiliencia, la autoconciencia y la conexión interpersonal.
En palabras de Marina Mammoliti, "sentir está bien", y al abrazar nuestras emociones, abrazamos la plenitud de nuestra experiencia humana.
Todas las emociones tienen su propósito, incluso aquellas desagradables
Quizás estés preguntándote qué beneficios pueden traer las emociones desagradables. Te lo aseguramos, todas ellas cumplen una función muy importante para tu vida. Aquí están algunas de ellas:
- Tristeza: nos invita a reflexionar sobre pérdidas y cambios significativos en nuestras vidas. Permite procesar el duelo y encontrar significado en la adversidad.
- Enojo: actúa como un mecanismo de defensa ante injusticias percibidas. Nos impulsa a tomar medidas para proteger nuestros límites y valores.
- Culpa: nos alerta sobre transgresiones morales o éticas. Nos motiva a corregir nuestro comportamiento y reparar relaciones dañadas.
- Envidia: revela nuestros deseos no satisfechos. Nos impulsa a buscar crecimiento personal y oportunidades de mejora.
Como ves, estas emociones desempeñan un papel crucial en nuestro desarrollo personal y nos ofrecen valiosas oportunidades de crecimiento y aprendizaje. Al comprender y abrazar la diversidad de nuestras emociones, podemos cultivar una mayor compasión hacia nosotros mismos y hacia los demás.
Dejar de ser analfabetos emocionales, ¿cómo hacerlo?
Como vimos, la gestión emocional y el autoconocimiento son habilidades fundamentales que nos permiten navegar las aguas turbulentas de nuestras emociones con gracia y resiliencia. Para ello, es crucial adoptar prácticas de mindfulness y psicología emocional que nos ayuden a reconocer, aceptar y procesar nuestras emociones de manera saludable.
Según nuestro conocimiento, el proceso de procesamiento emocional implica varios pasos:
1. Reconocimiento: identificar y nombrar la emoción que estamos experimentando.
2. Aceptación: permitirnos sentir la emoción sin juzgarla como buena o mala.
3. Exploración: indagar en las causas subyacentes de la emoción y cómo nos afecta.
4. Expresión: encontrar formas saludables de expresar y comunicar nuestras emociones.
5. Aprendizaje: extraer lecciones y perspectivas de nuestras experiencias emocionales para nuestro crecimiento personal.
Te invitamos a descargarla, solo tienes que completar tus datos en el link que dejamos más arriba. Sin dudas será un recurso valioso, que te permitirá aprender a conectar con tus emociones y mejorar tu relación con ellas, aceptándolas.
Toda emoción tiene su fin: sentir no está mal
En conclusión, nuestras emociones son tesoros que enriquecen nuestra vida y todas ellas nos benefician. Al abrazar plenamente nuestras emociones, nos liberamos del peso de la vergüenza y la autocensura, permitiéndonos vivir con autenticidad y plenitud, libremente.
Siguiendo el ejemplo de Marina Mammoliti, podemos redefinir nuestra relación con nuestras emociones, recordando siempre que sentir no está mal. De hecho, es esencial para nuestra salud mental y bienestar emocional.
En última instancia, al aceptar la complejidad de nuestras emociones y aprender a navegarlas con compasión y sabiduría, podemos trascender la dicotomía de "positivo" versus "negativo" y abrazar la plenitud de nuestra experiencia humana.
¡Aprende más! Escucha la charla TED de Marina Mammoliti: "Sentir está mal" (2023).
En este artículo encontrarás
En este viaje de autodescubrimiento y crecimiento personal que uno emprende cuando se propone alcanzar el equilibrio emocional recordemos siempre las palabras de Marina Mammoliti: "sentir está bien".
Descubre más en esta charla Sentir está mal | Marina Mammoliti | TEDxCordoba